La educación de los niños se basa en dos vertientes: la escolar y la familiar, por lo que tanto padres como profesores serán fundamentales en su desarrollo. Aunque a veces se encuentran con algunos obstáculos a la hora de hacerlo.
En nuestra comunidad no ha sido muy frecuente la colaboración hasta ahora y hay que trabajar en ese sentido. El mayor obstáculo nos lo encontramos los padres debido a nuestras obligaciones laborales, y a veces también por la falta de facilidades por parte del colegio. Y la actitud de los profesores y el centro es básica para que se produzca un ambiente de participación.
Dice la sicóloga clínica escolar Trinidad Aparicio Pérez, que la implicación de los padres facilita los procesos de adaptación y aprendizaje de los niños, y que es a su vez una ayuda para los profesores pues a través de la información que reciben de la familia pueden conocer mejor a los alumnos y mejorar su actuación docente.
De esta manera además, aprenden unos de los otros y los padres pueden recibir una experiencia formativa desarrollando nuevas habilidades para el trato con los hijos.
Y hablando de estadísticas, se ha comprobado según algunas investigaciones, que en los centros donde hay programas de colaboración con las familias los resultados académicos de los alumnos son generalmente mejores. Suelen dedicar mayor tiempo al estudio, tienen una acitud más positiva en clase y su grado de integración en el colegio es mayor.
